Es algo que suele hacer Fede, se acomoda, estira el ala estirano también la pata y se acomoda a la pata coja. Aunque no le he oído chasquear la lengua como a Pety, parece cómodo y feliz.
Ya voy dejandolo suelto por el salón, aunque los diamantes mandarines le tienen miedo al ser más grande. Normalmente vuelve a entrar solo a su jaula.
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